Además del marco institucional que caracteriza a esta fecha y la pesada deuda que aún tienen los Estados con estas definiciones (por ejemplo, la inmensa mayoría de los 193 países suscriptores a los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” en 2013), la lucha contra el trabajo infantil está en el centro de la discusión sobre nuestras desigualdades. Es una pelea cuyo principal objetivo es garantizar el desarrollo pleno para todos los niños a través de aspectos centrales paras sus vidas como el juego, la escolarización, la actividad deportiva, el fortalecimiento de los vínculos afectivos, la alimentación saludable, la atención de su salud (sobre todo en los casos de niños con discapacidad) y la expresión artística.

Hoy es una oportunidad más para insistir en esta reivindicación a través de la divulgación de datos, el esclarecimiento de conceptos, el debate en torno a situaciones problemáticas o casos testigo y, sobre todo, para reforzar el acompañamiento concreto a aquellos niños que padecen esta violación a sus derechos y a sus familias. Y la escuela es un ámbito central para hacerlo.

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