Por una agricultura familiar, agroecológica y libre de agrotóxicos

Este 9 de septiembre se conmemora el Día de la Agricultura para homenajear a las personas que dedican su vida a cultivar la tierra para abastecer de alimentos a las poblaciones. La agricultura implica el cuidado y manejo del suelo, del agua y la vegetación, para satisfacer las necesidades de todos y todas. Implica responsabilidad y respeto a nuestros bienes comunes, más en el contexto que atravesamos.

 

La conmemoración del Día de la Agricultura el 09 de septiembre de cada año fue instituida recordando la fundación de la primera colonia agrícola el mismo día del año 1856, como “una fecha decisiva en el desarrollo de nuestra agricultura”, según dice el Decreto PEN Nº 23.317. La celebración honra a todas y todos los productores agropecuarios del país que con su trabajo y su permanente esfuerzo construyen una de las principales fuentes de desarrollo de nuestro suelo.

 

Es la agricultura una de las prácticas más antiguas de la humanidad, en ella se engloban los diferentes trabajos de tratamiento de la tierra y cultivo de vegetales, comprendiendo diferentes acciones, enmarcándose, además, técnicas y conocimientos para el cultivo del suelo. Todas las actividades económicas que abarcan este sector tienen su base en la utilización de los bienes que la tierra origina, favorecida por la acción del hombre.

 

La base de muchas economías del mundo tiene sus raíces en las actividades agrícolas. Muchas de ellas dependen de una agricultura convencional y otras miles de hectáreas se cultivan según técnicas de una agricultura ecológica, mostrando que frente a otros modelos es posible producir alimentos sanos y en cantidades.

 

En estos tiempos de pandemia se puso de manifiesto, una vez más pero muy notoriamente, la urgente necesidad de apoyo e inversiones para el fomento de la agricultura familiar, ya que ahí está la clave de la respuesta para una alimentación sustentable y libre de agrotóxicos. Hoy la agricultura familiar se ve afectada por la imposibilidad de movilizarse y comercializar dadas las restricciones de circulación. Se encuentra limitada la movilidad de las y los productores, la mano de obra, dificultado el acceso a los mercados para almacenar y procesar productos que son perecederos, y reducida la demanda, pues los consumidores prefieren alimentos que sean de más larga duración. Aun así, como lo vemos en las distintas ferias que como docentes acompañamos en las distintas seccionales de AGMER, las y los productores de agricultura familiar, han buscado la manera de comercializar sus productos a través de las redes, en un intento férreo por seguir trabajando y ofreciendo sus producidos.

 

Esta crisis debería ser una oportunidad para los gobiernos nacional y provincial de apoyar a los pequeños productores con capacitación, actualización, asistencia técnica y financiamiento, que permitan avanzar en fortalecer la agricultura familiar, su productividad, rentabilidad y competitividad, en síntesis, que permitan el sustento de tantas familias entrerrianas que han apostado a otro tipo de trabajo con la tierra, respetuoso y libre de químicos.

 

Fomentemos la producción de una agricultura agroecológica (que elimina el uso de fertilizantes químicos y agrotóxicos), la apertura hacia un consumo saludable y la solidaridad con productoras y productores agropecuarios de la agricultura familiar entrerriana. Estaremos sin dudas fomentando un mejor futuro para todos y todas.

 

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