En 1887 fueron ejecutados en la horca cinco trabajadores bajo falsas pruebas, en un juicio escandalosamente fraguado, que fue armado como respuesta a una multitudinaria movilización de trabajadoras y trabajadores realizada en Chicago en 1886.

El episodio tiene rasgos de su propia época, pero a su vez seguimos encontrando elementos que nos relacionan: la fuerza de la unidad de las y los trabajadores, la impune represión, las campañas sucias desde algunos medios de prensa, la complicidad de diversas agencias del Estado conjuntamente con las patronales para atacar los reclamos justos de las y los trabajadores movilizados…

A más de 120 años de estos episodios y a pesar de las diferencias de latitud, nos une la misma identidad, los mismos desafíos y los mismos enemigos. Hoy, como a lo largo de toda nuestra historia, seguimos luchando firmemente para lograr el “triunfo de la libertad y la justicia”, como bien dijo August Spies, uno de los Mártires de Chicago.

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