Güemes era nativo de Salta, hijo de un funcionario colonial. Había estudiado en el Colegio San Carlos de Buenos Aires y, siendo muy joven, participó de la defensa de dicha ciudad durante las invasiones inglesas. Luego de Mayo, integró las tropas que triunfaron en Suipacha como también en el sitio de Montevideo. En 1815 retornó a su Salta natal y organizó a su pueblo para enfrentar los ataques del ejército realista que pretendía ingresar al territorio a través de Jujuy y Salta.

 

La desproporcionada diferencia de recursos inspiró a Güemes para llevar adelante lo que conocemos como “Guerra gaucha”: los salteños enfrentaban a las tropas enemigas atacando en pequeños grupos, buscando la complicidad del monte, aprovechando la geografía y las relaciones que el pueblo tenía tendidas por toda la región.

 

De esta forma logró frenar tanto el avance realista como también el recelo centralista y de los terratenientes salteños, si vale de mucho la distinción. Ambos sectores veían con sospecha el protagonismo del pueblo en esta defensa y el perfil que iba construyendo Güemes durante esos años.

 

Al recordar a Martín Miguel de Güemes, es ineludible mencionar el rol protagónico que jugó todo el pueblo y, particularmente las mujeres, en la defensa del Salta. Se destaca entre ellas, sin dudas, su hermana Magdalena “Macacha” Güemes, una mujer que ejerció un papel fundamental durante esos años, participando tanto en lo político como en lo militar.

 

El 7 de junio de 1821, Martín Miguel de Güemes fue sorprendido por el enemigo en la casa de su hermana y fue herido por la espalda en ese enfrentamiento. Logró salvar su vida y dirigirse a su campamento, lugar donde pudo participar en la organización de la novena defensa de Salta junto a sus oficiales. Falleció diez días después como consecuencia de la herida. El 22 de julio, el pueblo salteño honró la memoria de Güemes de la mejor manera: volvió a expulsar al enemigo español por novena vez, ahora liderados por José Antonio Fernández Cornejo.

 

Durante sus seis últimos años de vida, Martín Miguel de Güemes, codo a codo con las y los salteños organizados por él, lograron rechazar ocho veces a los ejércitos enviados por el virrey en Lima. En una ocasión en que un capitán español llegó hasta él con un intento de soborno desde el virrey del Perú, respondió: “yo no tengo más que gauchos honrados y valientes. No son asesinos sino de los tiranos que quieren esclavizarlos. Con éstos únicamente espero a usted, a su ejército y a cuantos mande de España. Convénzanse ustedes de que jamás lograrán seducir no a oficiales, sino ni al más infeliz gaucho. En el magnánimo corazón de estos hombres no tiene acogida el interés, ni otro premio que su libertad (…) al pueblo que quiere ser libre no hay poder humano que lo sujete”.

 

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