Novedades / conmemoraciones / memoria /
194 pibes y pibas PRESENTES
Quince años se cumplen este 30 de diciembre del incendio en el boliche Cromañón. 194 vidas se perdieron esa madrugada y muchísimas más a consecuencia de ello en el transcurso de estos dolorosos años, vidas de sobrevivientes, familiares y amigos de las víctimas. El tiempo pasó, el dolor sigue intacto y la justicia tuvo gusto a muy poco. Recordamos a los pibes y pibas que aquel caluroso diciembre encontraron en una trampa de corrupción el peor de los finales.
"Me acuerdo que llegó de trabajar, se cambió y se fue. 'Me tengo que ir a ver a una banda', me dijo. Lo pasó a buscar Carlitos, un amigo, y se fueron para allá. 'Es la última vez que voy a verlos', me gritó, y nos saludamos con un abrazo. Esa fue la última vez que lo vi. A las 3 de la mañana me sonó el celular, pero se cortó. A la mañana golpeó la puerta mi mamá, gritando que Sergio estaba en un boliche donde hubo un incendio. Prendí la tele y había 80 muertos. A las 8 de la noche, después de muchas horas de búsqueda, nos dieron la noticia. Ahí se nos terminó la vida", narra Gabriela Avendaño que tenía un solo hermano: Sergio. La historia es una, pero, con sus matices, se repite incontablemente. La noche del 30 de diciembre en Balvanera (Buenos Aires) 194 jóvenes que habían asistido al boliche Cromañón encontraron la muerte en un recital de la banda Callejeros, producto de un incendio que se transformó en el siniestro evitable más grande de la historia judicial argentina.
La noche del 30 de diciembre de 2004 el boliche República Cromañón fue la trampa que envenenó con humo de cianuro de las mediasombras a cientos de chicas y chicos que habían ido a un recital de fin de año. Mató a 194, pero el veneno siguió activo; la justicia comenzó imputando a muchísimos responsables, materiales y políticos, pero quince años después el saldo es el privilegio del negocio y la impunidad por sobre la vida, cuidándose más a la propiedad y a los intocables que a las personas que murieron y a los cientos de sobrevivientes, familiares y amigos para quienes el dolor no cesó nunca.
El juicio, los ausentes, las mentiras
En 2008 inició el juicio por la masacre de Cromañón. En él el denominador común, además de la muerte, fue la impunidad. José Iglesias, abogado y padre de una de las víctimas, explicaba entonces: “Este es un juicio incompleto (…) porque el primero que debería estar, Aníbal Ibarra, fue sobreseído por razones políticas y porque la corporación judicial – o al menos una parte- siguió protegiéndolo”.
“Para nosotros lo central es que se entienda que hay una consigna en las marchas, que es literalmente cierta. A los pibes no los mató ni la bengala ni el rock. Los mató la corrupción. El lucro desmedido es corrupción. El sistema que participa de esas ganancias es corrupción. Y la coima directa es corrupción”. “Estuvimos con el fiscal y de pronto nos dice: ‘parece que para ustedes fuera más importante Ibarra que Chabán’. Ni lo habíamos hablado, pero le dijimos que por supuesto. Porque Chabán es un empresario. Uno puede querer que hubiera otra clase de empresarios. Pero Ibarra era el Estado. No es que no queremos condena para Chabán sino que no somos tontos, no queremos que le den 50 años a Chabán y que los funcionarios queden exonerados. Eso sería una mentira”.
Finalmente, en el juicio los músicos fueron absueltos y el resto de los imputados condenados a distintas penas, pero luego de las apelaciones, la Cámara de Casación Penal también halló responsable a Callejeros. Tras un largo derrotero judicial, en 2016 la Corte Suprema de Justicia dejó firme las condenas por estrago culposo seguido de muerte, cohecho e incumplimiento de los deberes de funcionario público, oportunidad en la que volvieron a ser detenidos todos los imputados.
En 2017, obtuvieron la libertad condicional el guitarrista Elio Delgado (33), el bajista Christian Torrejón (45), el saxofonista Juan Alberto Carbone (49), condenados a cinco años de cárcel; y Maximiliano Djerfy (43), a tres años, mientras que el líder de la banda, Patricio Santos Fontanet, fue excarcelado en 2018 tras cumplir más de la mitad de la pena a siete años que le habían impuesto.
La justicia y Aníbal Ibarra
La jueza María Angélica Crotto sobreseyó
al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por considerar, en agosto
de 2006, que los hechos que se le imputaban no eran delictivos. En septiembre
de 2007, la Cámara de Casación compartió ese criterio. Luego, se investigó su
posible responsabilidad en un accionar negligente en el rescate y atención a
las víctimas. Tres años después, esa
posibilidad se diluyó: “los funcionarios actuaron en la medida de las
posibilidades que las características de la tragedia les permitió” sostuvo
Casación.
Ni la bengala ni el rock and roll
Decimos 194 pero sabemos que la cifra no terminó allí. Suicidios, recaídas, enfermedades crónicas, familias diezmadas, padres, hermanos, amigos fallecidos por cáncer, infartos, ACV y demás dolencias producto de la incansable búsqueda de justicia que nunca fue tal, aun habiendo pasado ya instancias de juicios y apelaciones.
Los responsables de la desidia, del no control, de las coimas, de las habilitaciones, de mirar una y otra y otra vez para otro lado, habiendo pasado quince años, caminan por las calles y en algunos casos hasta son candidatos en listas y avalados por buena parte de un progresismo que de las víctimas de Cromañón parece haberse olvidado.
Para muchos medios, para la gran “agenda” hace tiempo que Cromañón no es noticia. Desde La Lucha en la Calle no dejaremos de recordar a los 194 pibes y pibas que esa noche de diciembre de 2004 buscaron un rato de alegría, diversión y música y se encontraron con corrupción y muerte. No dejaremos de recordar a cada familiar que murió también buscando justicia. Porque no fue la bengala, ni el rock and roll. Lo sabemos. A nuestros pibes y pibas los mató la corrupción. Por ellos seguiremos luchando.
#LaLuchaEnLaCalle #Agmer #LosPibesDeCromagñonPresentes #Cromagñon15Años #15AñosSinJusticia