Así invade el Fracking. Última entrega.

“La Lucha en la Calle” presenta la última entrega del informe sobre el Fracking en la zona de Allen, Río Negro. El testimonio del fotógrafo alemán Stefan Borghardt –detenido, golpeado y amenazado por registrar las consecuencias del Fracking– se suma tristemente al escenario que hemos ido describiendo.

 
La Estación Fernández Oro (“EFO”) recibe a quienes visitan la zona con un cartel exigiendo “Cuide la fauna y flora. Proteja el medio ambiente”. Es una de las tantas ironías que produce este peculiar paisaje, a centímetros de este cartel está instalada la EFO que es el “corazón” gasífero de Río Negro. La atmósfera que produce la estación es densa y, en ciertos momentos, inaguantable; contrastante con el aire que caracteriza al valle. Tanques, tuberías y los imponentes venteos dejan en claro quién es el responsable de ese terrible escenario.

Como habíamos señalado anteriormente, el Fracking logró para él muchas de las cosas que la población demanda desde siempre. Electricidad, caminos, agua dulce, mano de obra estatal negados a la gente fueron puestos a disposición de las empresas extractivistas desde el primer momento. Juan Ponce nos muestra las inéditas dimensiones de uno de los tanques australianos que reserva agua dulce para la explotación, un bien excepcionalmente valioso para los seres humanos, mucho más aún en la Patagonia argentina.

“El fracking va habilitando una serie de interminables excepciones”, afirma Maristella Svampa, “no cierra sin beneficios impositivos, sin subsidios millonarios que empobrecen aún más a los argentinos, sin flexibilización laboral que atenta contra los derechos de los trabajadores, sin represión de la protesta, que judicializa a las comunidades mapuches y busca expulsarlas de los territorios en disputa.” Como toda empresa extractiva, exige saquearnos desde una alfombra roja que el Estado nos cobra a todos nosotros y su impacto en la producción frutihortícola no se limita a las quintas, interviene en todos los factores y ámbitos que decide intervenir. Un ejemplo de ello son los galpones de empaque que se reconvirtieron en depósitos de las empresas petroleras, de un día para otro pusieron fin a cientos de empleos para transformarse en servicios que emplean a un puñado de trabajadores.

Cuando el Fracking pone un pie en un lugar, es para pisar todo. El episodio padecido por el fotoperiodista alemán Stefan Borghardt el lunes 7 de enero pasado en los pozos ubicados en Añelo (a cien kilómetros de Allen) es otro ejemplo tanto de la connivencia entre agentes estatales y la empresa (la policía de la provincia de Neuquén y los supervisores de la instalación) como de lo claramente incómodo que resulta para el poder hacer público cómo trabaja el Fracking.

Ante la denuncia pública de Borghardt, el firme acompañamiento de la militancia y la repercusión mundial del abuso, el gobierno provincial ensayó una muy tardía y tibia respuesta, acorde con el rol que elige ejercer ante la consolidación de Vaca Muerta como yacimiento.

Agradecemos la gran difusión de estos informes –que fueron contundentes, en tiempos de postverdad- y destacamos el trabajo militante de las asambleas ambientales ante el saqueo de nuestros bienes comunes y la acción cómplice de actores locales de diversa naturaleza.

#LaLuchaEnLaCalle #Agmer #NoAlFracking
 

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