En 1905, cuando Joaquín V. González fundó la Universidad Nacional de La Plata, se comenzó a dictar la carrera de Agronomía en Educación Superior, tomando el legado de la Escuela.

   La Educación Agraria, gracias a la tarea y al compromiso cotidiano de sus docentes y estudiantes, pudo resistir a las dificultades presupuestarias y cambios erráticos de las políticas educativas neoliberales en los años '90 y subsiguientes. Pudo crecer y afianzarse, llegando al presente a contar con alrededor de 105 mil estudiantes que se forman en este tipo de instituciones.

   Luego de la sanción de la Ley Nacional de Educación Técnico - Profesional, la Educación Agraria sigue sorteando los desafíos para que se reconozca la importancia de esta formación en el desarrollo productivo del sector agroindustrial, atendiendo a la diversidad del territorio y en el camino de la Soberanía Alimentaria.

   Desde nuestro sindicato destacamos la importancia del rol de las y los docentes en estas instituciones, al estar su tarea diaria tan vinculada a fomentar en las y los alumnos el aprendizaje ligado al uso y cuidado de los bienes naturales comunes, la seguridad alimentaria y la correcta explotación de los recursos del país para beneficio de todos y todas.

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