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Día Mundial de la Salud
Durante una pandemia inédita, conmemoramos este día. Asociado a la salud pública, pero también a la soberanía alimentaria, al derecho a un aire libre de agrotóxicos, a la alimentación saludable, y, por lo tanto, a muchas de las luchas que encaramos y de las que formamos parte, proponemos que la fecha nos sirva para pensar y pensarnos en un trabajo colectivo que afiance nuestros derechos como pueblo y nuestros lazos solidarios por una salud que sea realmente para todos y todas.
Un día como hoy de 1948 se creó la Organización Mundial de la Salud. Nuestra historia como
especie ha hecho que estemos conmemorando este hecho durante una pandemia
mundial, en la cual buena parte de la población humana del planeta se encuentra
realizando acciones que van desde el distanciamiento social hasta diversas
modalidades de cuarentena masiva.
El contexto actual nos da más elementos de los que solemos tener para insistir acerca de que la Salud es un derecho, no es algo “individual”, y debemos defenderla de diversos y voraces intereses. Algunos de ellos están indefectiblemente ligados al negocio de la salud, pero también nos toca enfrentar otras corporaciones cuyos intereses están más ligados a operar sobre nuestras conciencias, a relativizar los avances científicos y negar la realidad que supimos construir a en este punto de la historia.
Esta fecha debe ser clave para que eliminemos el insensato “sálvese quien pueda” de una vez por todas, una expresión que resuena por estos días para priorizar la economía por sobre la salud de la población. Urge que entendamos definitivamente que la “Salud pública” está por encima de cualquier interés particular (que se vuelve mezquino, si prefiere hacerse imponer).
Las desigualdades sociales que padecemos son inaceptables y visibles, y esta pandemia las hizo más evidentes, siendo ellas objeto de discusión en todos los países, incluso en los más ricos. Este virus resaltó las fortalezas y debilidades de cada sistema de salud, el peso que juegan ciertas patologías cada vez más presentes (sobre todo las respiratorias, la diabetes, enfermedades coronarias o hipertensión) ante situaciones de este tipo, como también la capacidad organizativa y la conciencia colectiva de cada pueblo.
Por eso, es un día indefectiblemente asociado a la Salud Pública, pero también a temas como la soberanía alimentaria, la alimentación saludable, la organización colectiva y a la lucha contra las corporaciones.
En esta fecha tan particular son invaluables las palabras del médico Andrés Carrasco, científico y militante fallecido en 2014, al destacar los desafíos que enfrentamos en cuanto a salud pública: “No existe razón de Estado ni intereses económicos de las corporaciones que justifiquen el silencio cuando se trata de la salud pública. Hay que dejarlo claro, cuando se tiene un dato que sólo le interesa a un círculo pequeño, se lo pueden guardar hasta tener ajustado hasta el más mínimo detalle y lo canaliza por medios para ese pequeño círculo. Pero cuando uno demuestra hechos que pueden tener impacto en la salud pública, es obligación darle una difusión urgente y masiva.”
En este caso -dado que la conmemoración y el contexto en el que estamos lo permite- debemos decirnos más que nunca “¡Feliz Día de la Salud!”, es una de las tantas formas de remarcarnos que se trata de uno de las mayores luchas colectivas que enfrentamos. Y, como toda lucha colectiva, en ella nadie se salva solo.
#LaLuchaEnLaCalle #Agmer #DíaMundialDeLaSalud