Día mundial sin tabaco

La Organización Mundial de la Salud estableció este día en 1987 con el objetivo de concientizar sobre la necesidad de reducir el consumo de tabaco, debido a los impactos negativos en la salud humana y el ambiente. En medio de la pandemia por Coronavirus se suscitan contradicciones en lo que atañe a este tema, con un país que pugna por mantener a la población al margen de los efectos del virus y la apertura del trabajo a las tabacaleras como actividad exceptuada del ASPO. Repensar nuestras prácticas y cómo influimos negativamente en la salud de las y los otros cuando las llevamos a cabo, también es un ejercicio necesario, más en este día.

 

Esta efeméride ha sido promulgada por la OMS con el objetivo de informar y concientizar sobre los efectos nocivos y letales del consumo de tabaco y de la exposición pasiva al humo del mismo. En nuestro país, la Ley nacional antitabaco Nº 26.687 fue promulgada en 2011 y regula la publicidad, la producción y consumo de productos hechos con tabaco.

 

En Entre Ríos, a partir de 2008, con la sanción de la Ley Nº 9862 quedó PROHIBIDO fumar en todos los ambientes cerrados con acceso al público en general, tanto en el sector público como en el privado, quedando comprendidos los espacios comunes a los ambientes cerrados tales como pasillos, escaleras, baños y vestíbulos. Si bien la norma detalla que quedan exceptuados de la prohibición de fumar los patios, terrazas, balcones y espacios abiertos, consideramos fundamental destacar que esta excepción NO alcanza a los lugares sanitarios y establecimientos educativos de cualquier nivel, ya sean de carácter público o privado.

 

Más allá de las leyes, la campaña anual es una oportunidad para concientizar sobre los efectos nocivos y letales del consumo de tabaco y de la exposición al humo de tabaco ajeno, y para disuadir del consumo de tabaco en cualquiera de sus formas.

 

Las consecuencias negativas para la salud pulmonar de las personas que tiene el tabaco van desde el cáncer hasta enfermedades respiratorias crónicas y tuberculosis.

 

Además, el humo de tabaco es una forma muy peligrosa de contaminación del aire de interiores: contiene más de 7000 sustancias químicas, 69 de las cuales se sabe que causan cáncer. Aunque el humo puede ser invisible e inodoro, puede permanecer en el aire hasta cinco horas, poniendo a las personas expuestas en riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias crónicas y reducción de la función pulmonar.

 

Los países deben responder a la epidemia de tabaquismo mediante la adopción de medidas concretas y tajantes, lo que implica la formulación, aplicación y el cumplimiento de las políticas de control más eficaces destinadas a reducir la demanda y el consumo de tabaco. En tal sentido, resulta altamente contradictorio que en el DNU del pasado 10 de mayo (459) se incluyera entre las actividades autorizadas para retomar la producción a las tabacaleras. Merece como mínimo una reflexión la contradicción presentada, tanto para las autoridades que dicen estar preservando la sanidad en el país, como para las y los consumidores que se encuentran cumpliendo un aislamiento para preservar su salud y a la vez continúan con este hábito que no hace más que perjudicarla.  

 

Compartimos este breve video en el que se detalla cómo se beneficia la salud de una persona desde las primeras horas de dejar de fumar:

 

Video » Apagá el cigarrillo, comenzá a disfrutar de tu vida

 

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