Hace 134 años, cientos de miles de trabajadores encabezaron una huelga por varias reivindicaciones, entre ellas la jornada laboral de 8 horas (se solían trabajar 16). El 1° de mayo de 1886 marcó el inicio de un profundo plan de acción que fue duramente reprimido tanto por fuerzas policiales como por matones enviados por los patrones. Por esas jornadas fueron condenados ocho militantes, tres de ellos padecieron durísimas penas en la cárcel y cinco sufrieron la pena de muerte.

 

El juicio fue una farsa de principio a fin, el objetivo era desalentar la lucha por la conquista de más derechos. Esta injusticia produjo todo lo contrario, que las y los trabajadores organizados sigamos en pie de lucha por nuestros derechos y que recordemos cada año tanto aquellas jornadas históricas como a los 8 compañeros sobre los que cayó el patrón con semejantes penas.

 

Uno de los cinco condenados a muerte que recordamos, Michael Schwab, caracterizó de “comedia” la farsa que montó el poder para ejecutarlos. Señaló a sus acusadores diciendo “Ustedes y sólo ustedes son los agitadores y los conspiradores”.

 

Ante las injusticias, las desigualdades, ante el pie del poder que usa todos los resortes contra nosotras y nosotros, debemos recordar este 1° de mayo de dónde venimos y cuál es nuestro horizonte como clase. Todo lo demás, como dijo Schwab, es farsa.

 

¡Arriba las y los que luchan!

 

#LaLuchaEnLaCalle #Agmer