María José López Ortiz, además de Secretaria de Educación Ambiental en la Seccional Paraná de AGMER, integra algunos* de los grupos que desde hace años se abocan al trabajo del cuidado del ambiente; a lograr cambios en lo que respecta a una apuesta del consumo sustentable; a revalorizar a productores locales y al consumo de productos sin agroquímicos; a cuidar nuestros recursos, flora y fauna de la región; y, sobre todo, a transmitir todo esto desde el aula, con la idea de que sean las generaciones nuevas quieres ya crezcan haciendo cuerpo un modo de vida distinto.

 

En la Semana Mundial del Ambiente desde La Lucha en la Calle consideramos fundamental incluir en la agenda de temas a abordar a las fumigaciones y los efectos que éstas causan en nuestras comunidades, con las que AGMER viene trabajando hace años, desde proyectos y acciones como el Paren de Fumigar las Escuelas y la Ronda de los martes. Para hablar de esta última, consultamos a María José:

 

¿Qué reclama la ronda de los martes y cómo pueden sumarse los entrerrianos?

   Que se detengan las fumigaciones con agrotóxicos en nuestra provincia, haciendo lugar a los reclamos judiciales iniciados hace más de dos años y que se promueva una transición real hacia otros modos de hacer agricultura, sin venenos, que no dañen los suelos ni enfermen a la población.

   Mientras dure el aislamiento social preventivo y obligatorio, la invitación es a informarnos sobre el tema y dialogar con nuestros vecinos, vecinas, familiares. Hay innumerables publicaciones independientes que ofrecen información sobre los impactos de los agrotóxicos en la salud humana así como las posibilidades reales de la agroecología.

   Eso, hasta que podamos volver a rondar cada martes al anochecer, en el caso de Paraná alrededor de la casa de Gobierno. En diferentes localidades de la provincia los vecinos se reúnen en algún lugar representativo para expresar el reclamo, se pueden comunicar con la Coordinadora Por una Vida Sin Agrotóxicos en Entre Ríos Basta es Basta a través de las redes sociales para conocer las actividades que se organizan en cada ciudad entrerriana.

   Y cada martes compartir en las redes sociales alguna información, flyer, artículo que difunda las luchas, que son muchas a lo largo de la provincia, del país y del mundo (hashtag #bastaesbasta, #parendefumigar, #agroecologiaya).

 

¿Quiénes son los responsables de esta situación alarmante?

   Al ser un problema complejo, las responsabilidades no recaen en un solo actor, aunque son diferentes responsabilidades por supuesto. El gobierno provincial, desde sus tres poderes, es responsable porque está en sus decisiones el presente y el futuro de la salud de los entrerrianos y entrerrianas. Productores y productoras son responsables también en informarse sobre las diferentes maneras de hacer agricultura y no sigan defendiendo un modelo que los perjudica a ellos mismos incluso. Las facultades de agronomía son responsables de revisar sus planes de estudio y bibliografía, para formar profesionales que no estén al servicio de las corporaciones de transgénicos y agrotóxicos. Los medios de comunicación son responsables de generar espacios para difundir la ciencia digna y los reclamos populares, sin sensacionalismos. Pero también somos responsables cada ciudadano, ciudadana, docente, estudiante, en comprometernos con lo que en definitiva es nuestro presente y futuro, conocer, preguntar, cuestionar, exigir, ejercer nuestros derechos.

 

¿Cuáles son los temas más preocupantes y urgentes para los entrerrianos en cuestiones ambientales hoy?

   La pérdida del monte nativo (y la consecuente pérdida de biodiversidad -flora y fauna- y degradación de los suelos), la contaminación de cursos de agua (no solo los ríos sino los innumerables arroyos, cuyas nacientes muchas veces están muy cerca de donde se arrojan bidones de agrotóxicos), todo lo cual deriva en realidad del gran problema ambiental que es el modelo productivo del agronegocio. Pareciera que lo urgente es el dengue, el coronavirus, la bajante del río, etc. Pero esto solo es consecuencia de un modelo de producción y consumo insustentable que es urgente cambiar.

   Otro tema preocupante es la falta de acceso a la información pública respecto de actividades y emprendimientos que afectan los bienes comunes de los entrerrianos.

   Y, si bien en estos momentos la actividad turística está frenada por el aislamiento social, es urgente poner en agenda el impacto de los complejos termales y la contaminación química y térmica que generan. Es urgente repensar nuestro turismo para cuando termine el aislamiento. Las termas están dañando gravemente nuestros cursos de agua y los ecosistemas donde se arrojan los desechos.

 

¿Cómo podemos luchar contra estos peligros desde las escuelas?

   En primer lugar haciendo docencia, generando interrogantes acerca de lo que comemos, de dónde viene, observando qué le pasa a nuestro entorno y a nuestra salud cuando se fumiga un campo cerca de una escuela rural. Incentivando la producción de huertas escolares orgánicas. Instalando y problematizando el concepto de soberanía alimentaria, que es el derecho de los pueblos a decidir qué y cómo producir sus alimentos y comercializarlos generando vínculos sociales justos y promoviendo la salud de los territorios y las poblaciones.

 

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* -“Coordinadora por una vida sin agrotóxicos en Entre Ríos Basta es Basta” – “Docentes por la libertad de los ríos” - "Más ríos, menos termas".