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Mataron a un periodista

Martín Licata, trabajador de prensa que se desempeñaba en Sudestada, La Batalla Cultural y Kontrainfo, apareció muerto luego de que su familia lo buscara intensamente por tres días. Había recibido amenazas en sus redes sociales y lo habían intimado policías de civil. Hoy, un sector de la prensa cómplice intenta instalar una historia lavada para negar responsabilidades. Los trabajadores, como lo era Martín, debemos llamar a un inmediato pedido de esclarecimiento.

 

Martín Licata salió de su casa en el barrio de Floresta, Buenos Aires, en la mañana del sábado pasado. Tenía 27 años y desde entonces su familia no supo más de él. Su celular dejó de recibir los mensajes y no hubo manera de contactarlo.

Siendo que por su desempeño en varios medios el joven había recibido amenazas a través de Facebook y lo habían abordado hace unos meses agentes de civil, su entorno temió que la desaparición estuviese vinculada a esos antecedentes, por lo que presentó un Hábeas Corpus ante la Fiscalía, que arrojó resultados negativos respecto del registro del joven en las dependencias públicas.

 

Pese a las movidas de visibilización por parte de la familia durante este tiempo, a la policía no se le ocurrió vincular esta búsqueda con la aparición de un cadáver en un albergue transitorio, hecho del que estaban al tanto desde la misma tarde del sábado.

 

Martín había ingresado allí a media mañana, acompañado de una mujer de aproximadamente 25 años que se retiró momentos después y de la que no se sabe más nada. El conserje del establecimiento dice que “no pudo detenerla” cuando se fue (está prohibido retirarse de un alojamiento en forma separada). Las cámaras, convenientemente, estaban rotas. El cuerpo de Martín fue encontrado recién en horas de la tarde, por el personal de limpieza, pese a que el conserje vio partir a la mujer por la mañana.

 

Así, viciada de irregularidades, se encuentra en este momento la investigación de los hechos. Martín apareció maniatado y con un torniquete en la garganta que le produjo muerte por asfixia, y ya puede leerse en algunos portales la vinculación de este hecho con “juegos sexuales que se fueron de las manos”. Lo cierto es que la muerte de este periodista, más aun teniendo en cuenta las amenazas y persecuciones de las que era víctima, es mucho más que sospechosa.  

 

Como trabajadores no podemos menos que informarnos, mantenernos alerta y demandar con firmeza una investigación seria y contundente que arroje la verdad sobre estos hechos, sobre el asesinato de Martín. Un periodista que expresa las voces disidentes, que trabaja por la verdad, no puede ser amenazado, ni amedrentado, ni mucho menos asesinado por realizar su tarea, y nosotros como sociedad no podemos permitir que pase y quieran vendérnoslo lavado como un policial más.

 

Exigimos investigación y esclarecimiento. Mataron a un periodista que estaba amenazado por hacer su trabajo, esa es la verdad de las cosas.

 

#LaLuchaEnLaCalle #Agmer

 

 

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