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   A nadie le importó lo negro que pudiera estar el cielo a las cinco de la tarde. La cita era a las seis en la “Plaza del monumento a la Memoria” y ahí acudimos todos y todas. Encabezando la marcha, como cada año, las fotos de las y los desaparecidos de nuestra provincia, la bandera de la Asociación de Familiares y Amigos de Desaparecidos Entrerrianos y en Entre Ríos –AFADER- y, tras ellos, marchando, cuadras y cuadras de gente. Centros de Estudiantes, partidos políticos, sindicatos, Facultades, escuelas, agrupaciones feministas, ambientalistas, de DDHH, trabajadoras y trabajadores de la cultura, de la educación, del Estado… innumerables carteles y banderas; artistas en vivo a medida que avanzaba la movilización y gente apoyando desde los balcones de las casas. Ni perros faltaron. Nadie faltó.

   La unidad de esta convocatoria volvió a la movilización tan contundente que no hay cámara que logre registrar el principio y fin de la marcha, dada la cantidad de gente que participó de ella.

   Es que, como mencionó el documento leído para dar cierre al acto, ya en Plaza Alvear, “…estamos en medio de una catástrofe política, social, cultural, económica y ambiental, sin precedentes. Nos quitan derechos, nos hambrean, y quieren vernos aislados, tristes, destruidos (…) pero tenemos MEMORIA y CONVICCIONES”.

   Compartimos a continuación el texto completo, único, que fue columna vertebral de los consensos que nos llevaron hoy a las calles. Decimos para que se escuche; marchamos para que se vea. No nos la cuentan las redes ni tik tok. Cartel en mano marchamos y le pusimos el cuerpo a lo que no queremos NUNCA MÁS.

   Por Memoria, Verdad y Justicia. Por las y los nietos que aún nos falta recuperar. Por las Madres y Abuelas, pilares de todo. Por las y los 30 MIL. Presentes, ahora y SIEMPRE.

 

#LaLuchaEnLaCalle

 

 » DOCUMENTO MULTISECTORIAL DE DDHH - 24/03/2025

   Hemos logrado esta enorme multitud en la calle en esta fecha histórica que nos convoca año a año. Hoy estamos en medio de una catástrofe política, social, cultural, económica y ambiental, sin precedentes. Nos quitan derechos, nos hambrean, y quieren vernos aislados, tristes, destruidos.

   Se suma a esto la implementación de un atroz avance tecnológico dirigido por una ultraderecha capitalista, patriarcal, conservadora y medieval. Pretenden convertirnos en colonias, en autómatas, que nos sintamos impotentes ante la acelerada velocidad de los hechos.

   Pero tenemos MEMORIA y CONVICCIONES.

   Hace 49 años se instauró en la Argentina una Dictadura Civil, Eclesiástica Militar que implementó un sistema económico liberal destruyendo el desarrollo industrial, productivo y soberano. Lo hizo a través de la detención y desaparición de 30 mil compañeros y compañeras, de la tortura, del robo de bebés, con presos políticos, exiliados, cesanteados y asesinados.

   La Triple A y sus grupos paramilitares fueron la antesala de la dictadura más cruenta de nuestro país, que secuestró, torturó y asesinó. Una dictadura que instaló centros clandestinos de detención y exterminio a lo largo y ancho del país cuyo objetivo fue deshumanizar a los secuestrados y secuestradas y disciplinar al pueblo entero. Con un proyecto político, económico, cultural, que, COMO HOY, planificó y planifica, nuestra MISERIA. Y el Poder Dominante, tanto Nacional como Internacional, lo pretende profundizar aún más, sometiéndonos a través del HAMBRE y el ataque sistemático a todos y a cada uno de los sectores.

   La estafa y el odio, la intolerancia y la represión son las herramientas que los fascismos utilizan para profundizar la impunidad y las injusticias que hoy están al orden del día en la Argentina y en el mundo.

   Nuevamente aparece la idea del ENEMIGO POLÍTICO. Y se quiere imponer la idea que todo aquel que piensa distinto debe desaparecer del espacio público y político, y así atomizar a la sociedad, quebrando nuestra identidad nacional y latinoamericana.

   El capitalismo y su barbarie, que encuentra en el fascismo la forma de ejecutar y manipular todos los rincones de nuestras vidas, pretende, en nombre de la Libertad, dejar a su suerte a cada uno de nosotros, convenciéndonos de que debemos optimizar nuestro rendimiento como seres productivos, llevándonos a la deshumanización y haciendo pedazos el entramado que nos une como colectivo, como sociedad, como pueblo.

   Es así que hoy nos encontramos con una dificultad que está a la vista de todos: el aislamiento físico y social. Pongamos allí nuestra atención, y no en la infinidad de información que circula hoy con la clara intención de inmovilizarnos. Sólo el encuentro de los cuerpos, la sensibilidad y las ideas que de allí surjan nos guiarán en esta etapa.

   Compañeros, compañeras y compañeres, debemos estar unidos y luchar por las consignas que hoy nos congregan FASCISMOS Y GENOCIDIOS NUNCA MÁS.

   Recuperemos las enseñanzas y propuestas de nuestras luchas pasadas. Hemos hecho mucho, conquistando derechos que costaron muchas vidas. Valoremos estas conquistas históricas de las cuales somos ejemplo, vanguardia. Tengamos en claro que la melancolía es antipolítica. No es posible volver atrás. Pero, a la vez, sabemos que no podemos pensar este presente y construir un futuro, sin soltar el hilo de la historia. ¡¡¡No claudiquemos en la lucha!!!

   Estamos orgullosos de la fuerza que mostramos frente a los atropellos e intentos de avasallamiento de nuestros derechos sociales, laborales, políticos, económicos, culturales y ambientales. Damos pelea en diferentes territorios, revitalizando poco a poco las calles, que son nuestras.

   Nos movilizamos masivamente porque queremos construir una sociedad que no pone en duda el sistema educativo gratuito y de calidad, la salud pública, las jubilaciones, el trabajo y la dignidad para todos y todas, los derechos laborales, sociales, económicos, ambientales, culturales y políticos, la posibilidad real de ser diversos. Hacemos un llamado a los dirigentes de las organizaciones a trabajar por la unidad del conjunto y el bienestar de nuestro pueblo. ¡NADIE SE SALVA SOLO!

   Defendamos nuestra soberanía nacional. Recuperemos nuestra pertenencia como pueblo, como clase trabajadora y comprometida. No se trata solo de reafirmar certezas, sino también de revisarlas para construir otra ética política, que contribuya a la reconstrucción de la confianza en el otro.

   La historia no ha terminado, la disputa es y será constante. Exijamos la plena vigencia de los derechos humanos para lograr lo que nos merecemos como argentinos, como latinoamericanos, como verdaderos hermanos, y así honrar la vida.

   Estamos convencidos que las estrategias las construyen los pueblos. Los proyectos políticos que surjan en este tiempo para defender nuestra vida, lo harán con fuerza sólo si por debajo circula una conversación política comprometida con su tiempo que permita pensar más allá de consignas ya sintetizadas. Dejemos de delegar pasivamente nuestro destino. ¡Tomemos la tarea! ES NECESARIO Y URGENTE, recuperar nuestra IDENTIDAD política, social, cultural, histórica y humana.

   Existen ríos subterráneos de construcción en donde seguimos dando pelea.

   Hoy debemos tener claro quiénes son los que gobiernan y gobernaron en contra de nuestro pueblo, que favorecen a la casta que dicen combatir, que tienen los medios de comunicaciones y financieros a su servicio y traicionan, una y otra vez, a nuestra patria.

   Hoy al enemigo interno lo construyen en los jubilados, los trabajadores, los desocupados, los jóvenes, los migrantes, las MUJERES Y LAS DISIDENCIAS, también en este movimiento de derechos humanos que hoy llena las plazas de nuestro país.

   Milei, Villarruel y Bullrich, que dicen destruir al Estado, lo refuerzan en su cara más siniestra al afianzar el aparato represivo contra la protesta social. Por eso repudiamos la escalada opresiva sobre los luchadores populares, como así también a la violencia institucional que vivimos en nuestra provincia, avalada por el silencio cómplice de Frigerio, quien a su vez ha garantizado con votos y declaraciones públicas este proyecto de ajuste y autoritarismo nacional.

   Que las movilizaciones sean las llamas que nos enciendan para no quedarnos en el mero desahogo personal, verbal y virtual de nuestra indignación pasiva. Sin organización, sin la indispensable presencia concreta de nuestros cuerpos, de nuestras convicciones, proyectos e ideas, no podremos salir. Que nuestras acciones no sean actos solitarios, repetitivos y efímeros. Que se conviertan en banderas de lucha por un mundo mejor, más humano, más justo. Ese por el cual luchamos.

   Por eso, compañeros, compañeras, compañeres, sigamos construyendo memoria.

   Honremos nuestro derecho a ser políticos, a recuperar valores que vienen siendo pisoteados. Levantemos nuestra identidad en unidad, luchando por lo que nos corresponde. Haciendo carne la historia de nuestras luchas.

   Dos modelos de país se juegan históricamente: el que está a favor del pueblo y el que pretende aniquilarlo. Los 30 mil fueron asesinados y desaparecidos luchando por un mundo justo, solidario e igualitario, para TODOS y no para unos pocos que nos oprimen. Milei, Trump, todos los representantes de la casta, esos gobernantes y dirigentes políticos que asociados al capital financiero deciden a favor de un grupo selecto, atropellan los derechos de las mayorías, empobreciéndonos, hambreándonos, dejándonos sin trabajo para borrar nuestros ideales y convicciones.

   Por eso, estamos aquí y somos imprescindibles para que este mundo sea habitable para todos, para que nunca más existan genocidios, nunca más fascismos, autoritarismos, represión, impunidad, desdicha.

   En este presente se juega el futuro. La lucha, compañeros, compañeras, es la que tenemos a mano: con los amigos, con la familia, con los compañeros de trabajo, con los del sindicato, con los del club, con la militancia, con los vecinos. Ante la extrema crueldad de estos tiempos urge una sensibilidad potente que sea capaz de escuchar al otro y despertar las fuerzas que necesitamos para defender la vida que queremos.

   Por los 30.000. Por la verdad, la memoria y la justicia. Por nuestros viejos, niños y jóvenes, por las mujeres, por las disidencias, por los diferentes, por los migrantes, por los excluidos, por nuestros hermanos. Por paz, pan, techo y trabajo. Por esa Argentina que nos merecemos.

   30.000 compañeros detenidos desaparecidos presentes. ¡¡¡Ahora y Siempre!!!