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Movilización en defensa de los humedales en Paraná
La “Multisectorial x el Delta” realizó una movilización por las calles de Paraná y un acto hoy sábado 8 de agosto en defensa de los humedales y exigiendo el fin de las quemas que han puesto en vilo la ya compleja situación ambiental en la región durante las últimas semanas.
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Una multitud se concentró en Casa de Gobierno para marchar a partir de las 15:30 horas hacia la Plaza de las Colectividades, en la costa del Río Paraná.
Con la cabecera exigiendo “Ley de Humedales! Basta de ecocidio ya”, los asistentes hicieron el recorrido portando carteles y cantando las consignas que convocaban a esta jornada de lucha. La numerosa participación estaba integrada por vecinas y vecinos en general y organizaciones sociales interesadas en la defensa de nuestros bienes comunes.
La ocasión reafirmó que el drama que padecen hoy nuestros humedales es un síntoma más de las profundas desigualdades que padecemos y está íntimamente vinculado con otras múltiples problemáticas como la intervención de los grandes capitales trasnacionales, la impunidad de ciertos actores sociales, la complicidad desde diversas instancias del Estado, la dependencia económica, alimentaria y energética que padecemos, para citar algunos.
En la Plaza de las Colectividades, miembros de la multisectorial -Laura Correa, Nadia Burgos y Enzo Culasso- leyeron un documento conjunto y luego abrieron el micrófono para que los asistentes que quisieran expresarse pudiesen hacerlo.
Defender nuestros humedales es luchar contra las profundas desigualdades del sistema y sus injusticias, fortaleciendo nuestra identidad ribereña, libre e igualitaria. El Delta ocupa un lugar central en la gran agenda de lucha que construimos como pueblo.
#LaLuchaEnLaCalle #Agmer #BienesComunes #DefensaDeLosBienesComunes
#LeyDeHumedalesYa #BastaDeQuemas #CuidemonosEntreTodos
Compartimos el documento leído durante el acto en la Plaza de las Colectividades:
Documento para la lectura al finalizar la marcha por los humedales
(Sabado 8 de agosto de 2020)
El pasado sábado 1° de Agosto, la ciudadanía local junto a diversas organizaciones, nos autoconvocamos a la orilla del río Paraná frente a la isla Curupí, movilizades por las quemas en los humedales. Reunides en asamblea y haciendo circular la palabra, resolvimos tejer redes con el fin de pensar colectivamente acciones socioambientales que pongan un freno definitivo al ecocidio que se está llevando a cabo sobre tan preciado ecosistema.
Necesitamos poner en valor la riqueza que tienen los humedales, por eso es
clave entender que éstos ocupan el 22% del territorio nacional, conformando el hábitat del 40% de la biodiversidad mundial. Este ecosistema se compone de zonas parcial o totalmente inundadas, siendo de enorme valor biológico y social. Desempeñan un papel crucial en el ciclo del agua regulando sus flujos porque la reciben, almacenan, purifican y liberan. Además son el hábitat de una enorme diversidad de especies.
La importancia de este sistema ecológico no sólo radica en su componente
natural, sino también social. Los seres vivos que habitan allí, conviven en armonía con múltiples comunidades que subsisten de forma sustentable con el entorno natural. Hay una interacción propia con los territorios, una relación de simetría para con la naturaleza, que revaloriza a los humedales y los carga de contenido socioambiental y cultural.
Pero hagamos un poco de historia sobre el ecocidio que está arrasando con los humedales y que tiene su raíz en el modelo agroexportador extractivista.
Aquel proceso que tuvo comienzo en el año 1996 con la incorporación de la soja transgénica al país, llegó a un punto crítico a mediados del año 2002 cuando la expansión de la frontera agrícola habilitó a los productores a instalar su actividad en las islas de la zona. Los cambios aparejados a esta actividad fueron notables, y tienen relación directa con el crecimiento de soja en tierra, el traslado de la ganadería hacia las islas, así como también la expulsión del campesinado que pasó a engrosar las villas de las grandes urbes.
Con la expansión de la frontera agropecuaria, el número de quemas en la zona ha ido en aumento. Esta práctica se realiza con la finalidad de limpiar y obtener una pastura de mayor calidad para las actividades económicas mencionadas.
Según cifras oficiales, sólo en lo que va del año se contabilizaron más de 5 mil
focos de incendio, unas 90 mil hectáreas, que son el equivalente a más de 6 veces el tamaño de Paraná. Pero sabemos que este fenómeno se extiende a lo largo de todo el valle aluvial de la Cuenca del Plata, por lo cual desconocemos la magnitud real de los territorios devastados.
Las quemas afectan completa e irreversiblemente la integridad y complejidad de los humedales. Vieja costumbre de nuestro modelo productivo que inevitablemente
deteriora el equilibrio de esta especie tan particular de bioma. Son un conjunto de redes biológicas dinámicas constituidas a partir de la interacción recíproca de cientos de seres vivos. Ante esto, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) manifiesta que la quema en las islas del Delta debe detenerse de forma inmediata y aporta dos aspectos clave a la hora de analizar la masividad de los incendios. Por un lado, una bajante histórica del río con heladas de época que aumentan la sequía y por otro la velocidad del viento que aviva el fuego que repercute negativamente en el ambiente y la salud de las comunidades cercanas.
Algo importante a destacar es que, si hace alrededor de 18 años se hubiesen aplicado las legislaciones vigentes en materia ambiental, y el correspondiente ordenamiento territorial, hoy en día no estaríamos atravesando esta grave situación.
Desde aquel entonces contamos con herramientas legales que no son aplicadas.
Tenemos la convicción de que en casos como los actuales se debe aplicar el principio precautorio. Esto significa que, ante la ausencia de pruebas científicas fehacientes, se debe optar por proteger y preservar.
Por estos motivos exigimos que se detengan las quemas inmediatamente y, en simultáneo, se promulgue una ley que proteja específicamente a los humedales.
Denunciamos que el accionar por parte del Estado va contra los derechos reclamados, y acá queremos apuntar directamente al gobierno de la provincia de Entre Ríos, de la provincia de Santa Fe, el Ministerio de Ambiente de la Nación y los organismos de ambiente provinciales.
Son necesarias y fundamentales las voces de quienes habitan los humedales y sus inmediaciones, para llevar adelante procesos de toma de decisión y onstrucción de políticas públicas para la conservación, que sean efectivos y procuren una solución real para estos ecosistemas. No podemos ser meros escuchas o espectadores de la formulación de la nueva Ley de humedales, tenemos que participar activamente para ser quienes decidamos qué se hace sobre nuestros territorios.
Tenemos el derecho y el deber de participar en los procesos de toma de decisiones, le corresponde a la sociedad civil impulsar una Ley de Humedales construida de abajo hacia arriba, integrando la visión desde los territorios, incorporando y respetando sin jerarquías saberes ancestrales y académicos. Una ley por y para los humedales, que lo comprenda como sujeto de derecho, que no pueda ser apropiado y explotado hasta su colapso ecológico y cultural.
No obstante, nada de esto es posible sin un cambio real de paradigma respecto a las formas productivas, que en la actualidad pasan por consumir y acumular de manera infinita. Necesitamos ir hacia modos de vida que sean respetuosos de la naturaleza, nuestra casa común, de la cual somos parte.