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No fue tragedia, fue masacre. A 20 años, por las y los pibes de Cromañón, MEMORIA
En diciembre de 2004 la banda de música Callejeros dio tres recitales en el boliche República Cromañón. Pibes y pibas fueron a cerrar el año escuchando rock y viviendo lo que eran: jóvenes. 194 de ellas y ellos encontraron la muerte y casi 1500 resultaron heridos en lo que fue la mayor tragedia no natural de nuestro país. Coimas a la policía, a los bomberos, al gobierno, sobreventa de entradas …ausencia del Estado, ni más ni menos. A 20 años, decimos NUNCA MÁS.
Como en un abrir y cerrar de ojos, estamos hoy recordando que ya pasaron 20 años del incendio del boliche de Once, República Cromañón, en el que casi 200 pibes y pibas encontraron la muerte donde fueron a buscar alegría, rock y diversión.
20 años en los que vimos la incansable búsqueda de justicia de familiares y sobrevivientes; 20 años en los que -en un principio- todo se revisó, se señaló, se corrigió y luego… llegamos al presente preguntándonos qué tan lejos estamos de un nuevo episodio de estas características; preguntándonos si sabemos o no qué es lo que pasa cuando el Estado se corre, cuando la cultura se ningunea y desfinancia, cuando los espacios para la juventud dejan de ser abrazados por quienes corresponde y quedan en manos de empresarios para los que somos un número más, y si somos un número menos, ¿qué importa?
Aníbal Ibarra -Jefe de Gobierno de Buenos Aires cuando sucedió el hecho- recibió 36 alertas que advertían sobre la situación, algunas de ellas directamente relacionadas con los locales de la zona de Plaza Once. El negocio de la noche representaba por 2004 una importante caja política, lo que explica que, en su primer acto público tras la tragedia del 30 de diciembre de 2004, apareciera acompañado por integrantes de la Cámara de Empresarios de Locales Bailables.
Si bien la discusión sobre quienes eran los responsables dividió aguas entre las y los que pedían justicia; la lucha nunca claudicó. Se intentó culpabilizar al rock, a la música, a las y los pibes que fueron, e, incluso a las y los que sobrevivieron. NO. La culpa es, fue, y será de la corrupción. A LAS Y LOS 194 PIBES LOS MATÓ LA CORRUPCIÓN.
Desde infracciones estructurales que estuvieron desde el mismísimo inicio del local, la ausencia de señalizaciones, matafuegos vencidos que los controles “nunca vieron”, puertas ciegas, puertas trabadas con candado, coimas de todo tipo, de todos los colores, desde todos los estratos del poder. Falló el Estado, actuando como anuente de la corrupción, como cómplice, como desfinanciador del sistema de cultura, de asistencia y de cuidado, ya que nada estuvo a la altura para responder una vez desatada la catástrofe. Ni después. No lo está hoy, tampoco.
Desde el gobierno se manejó la noche como un gran negocio, con nuestras y nuestros pibes como un número. Si bien el juicio político consiguió en 2006 la destitución de Aníbal Ibarra y dio algo de alivio a los familiares, eso duró poco ya que tan solo UN año después ya estaba postulándose a un cargo público de nuevo. Con 194 muertes sobre su espalda. Las condenas de los juicios por la masacre tampoco trajeron alivio a nadie. A la fecha, no hay ya nadie preso por este hecho.
Muchos estratos conocían el riesgo, pero prefirieron mirar para otro lado y llenarse los bolsillos. En las paredes de Cromañón quedaron marcadas con sangre y petróleo las huellas de nuestros pibes rascando muros buscando una salida que no llegó. Deberían todos ellos llevar esas marcas en sus conciencias por el resto de los días. Y, existiendo o no esas conciencias -cosas que pasan- debería la justicia haberlo garantizado. Cosa que jamás sucedió.
Hoy en Once un santuario recuerda a nuestras y nuestros pibes. Como un espacio que se armó espontáneamente. De luto, de encuentro, de arte, de expresión. Un espacio donde tolerar, porque como menciona Silvia -mamá de Julián, víctima fatal de Cromañón- “necesitamos estar unidos para tolerar a veces mensajes muy duros. No pensamos ni el santuario ni el espacio de memoria como un cementerio colectivo, lo pensamos como un lugar donde nos guste estar y a otros les guste estar. Y la lucha también debería ser un lugar donde nos guste estar, porque si todo es un espanto tampoco dan tantas ganas, ¿verdad?”, afirma hoy, veinte años después, aún con los ojos llenos de lágrimas.
Esta conmemoración ya al cierre del año se nos hace necesaria como un grito. Necesitamos decirlo, tenerlo presente y hacerlo bandera para las luchas que -sabemos- tenemos por delante en el año por venir. Hace 20 años y hoy: la ausencia del Estado y la corrupción matan.
Por las y los 194 pibes y pibas de Cromañón: MEMORIA y que no pase NUNCA MÁS
#LaLuchaEnLaCalle
#Agmer
#LosPibesDeCromañonPresentes
#NuncaMas
Por si hay un ratito para ver en familia, recomendamos:
» Capítulo 01 de “Crímenes. Las historias que conmovieron al país” https://www.youtube.com/watch?v=5zjzSd-w3ws