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Norita, siempre Norita

Al cumplirse un año del fallecimiento de Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo y referente de los derechos humanos, su imagen y presencia está con nosotras y nosotros; nos acompaña en marchas, en carteles, la vemos en remeras y fotos. Norita está, como lo estuvo en vida, de pie en cada una de nuestras luchas. Siempre.

 

   Pasó un año desde que se nos fue Norita. La Madre de la Plaza, presente en todas nuestras luchas, estuvo en las rondas hasta el final, incansablemente, como lo hizo desde 1977 con la esperanza de recuperar a su hijo secuestrado por la dictadura. Desde entonces, como si quisiéramos seguir viéndola, ahí, con su figura pequeñita, en medio de nosotros y nosotras, su rostro iluminado se estampó en remeras, y estuvo en febrero en la marcha Federal por el Orgullo; se hizo tatuaje y está presente cada miércoles, entre periodistas baleados y jubiladas y jubilados cagados a palos por el gobierno. Se hizo pin en el pecho de nuestra Vocal y pasó frío en la Carpa en defensa del IOSPER. Como siempre, está. Norita está. A un año, no se ha ido.

 

   Nora nació el 22 de marzo de 1930, cuando creció se dedicó a la costura y se casó a los 19 años con Carlos Cortiñas, con quién tuvo dos hijos, Carlos Gustavo y Marcelo. Su camino en defensa de los derechos humanos comenzó durante la dictadura militar, cuando en abril de 1977 secuestraron a Gustavo, que estudiaba en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y militaba en la Juventud Peronista (JP). En los primeros tiempos, lo hizo en la Villa 31 junto al Padre Carlos Mugica.

 

   Tras el secuestro de Gustavo, con su marido, se acercaron a los organismos de derechos humanos que ya estaban funcionando, como la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH). Tiempo después, Nora escuchó sobre las mujeres que estaban en Plaza de Mayo y se acercó. “El público que pasaba por la Plaza de Mayo muchos años no nos vio. Éramos invisibles. Nadie se acercaba a preguntar qué hacíamos ahí”, recordó en una entrevista.

 

   Nora nunca supo que pasó con Gustavo, pero hasta sus últimos días estuvo en la calle, reclamando por lo justo. Así nos acompaña, aún hoy, que conmemoramos un año de su ausencia con la claridad de saberla entre nosotros.

 

   Norita, de tu lado, seguimos luchando.

 

   Norita, de tu lado. SIEMPRE.

 

#LaLuchaEnLaCalle #Agmer 

 

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