En el frente del bar Stonewall Inn, ubicado en el barrio Greenwich Village en Nueva York, la noche del 28 de junio de 1969 se desarrolló un operativo policial con el fin de arrestar homosexuales. Este bar, esa noche, fueron reconocidos desde entonces como la génesis de la batalla por los derechos de lesbianas, gays,​ bisexuales y transgénero, ya que allí el hartazgo llegó a su límite y lo que comúnmente eran detenciones, vejaciones, golpes y maltratos, se transformaron en atrincheramiento. Los disturbios comenzaron como ya era costumbre, pero, a diferencia de otras veces, la resistencia fue la respuesta. Esa defensa de la dignidad es reconocida en el mundo como la impulsora del movimiento moderno por los derechos de Lesbianas,  Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersex y Queers.

 

Por aquella acción, y desde hace 53 años, el 28 de junio se conmemora internacionalmente el Día del orgullo LGBTIQ, para reafirmar el sentimiento de orgullo sobre las identidades y orientaciones sexuales y de género, tradicionalmente marginadas y reprimidas, y para visibilizar su presencia en la sociedad, así como sus reclamos.

 

Un largo camino de visibilización, resistencia y lucha sostenida se ha transitado a lo largo de estos 53 años desde entonces. Conquistamos en ese camino, entre otras cosas, leyes que reconocen derechos, y seguimos con firmeza sosteniendo las multicolores banderas para que esos derechos sean una realidad. En tal sentido, compartimos la historia de Víctor Graziadio y Federico Garín, quienes luego de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario en 2010 fueron la primera pareja en celebrar una unión de este tipo en el registro civil de Maciá (departamento Tala), el 26 de marzo de este año.

 

Tal como lo señala el propio Federico, aun hay muchos miedos y resistencias a la hora de hacer realidad los derechos que la Ley ya reconoce, más en comunidades pequeñas, pero de todos modos, señaló: “nos sentimos muy cómodos y agradecidos a todos y todas quienes nos dieron espacio para hacer visible nuestra historia. Apostamos a creer en el amor y queremos transmitir esa libertad de vivirlo y expresarlo”.

 

Destacar este primer matrimonio es destacar un derecho que se concreta, un deseo que finalmente se materializa. En palabras de Federico: “es una manera de visibilizar el resultado de una lucha que llevaron adelante tantas y tantos otros desde mucho tiempo, una lucha que hoy nos pone en un escalón de igualdad jurídica respecto a las personas heterosexuales”

 

Desde la Filial Maciá de AGMER, a través de sus Secretarías de la Mujer e Igualdad de Géneros (Secretario Marcos Pereira), y de Derechos Humanos, y desde AGMER en su conjunto, celebramos el Amor como bandera en todas sus formas y deseamos que este sea el primer matrimonio igualitario de muchos más.

 

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