La cita era a las 19 hs. pero desde ya mucho antes el auditorio de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER estaba repleto. Taty, ya sentada en el escenario, daba notas a los medios; saludaba a adolescentes que, emocionados, le pedían un abrazo o una foto y recibía amorosos obsequios que le hacían llegar.

   Lidia Stella Mercedes Miy Uranga, más conocida como Taty Almeida, es una docente argentina que integra Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora hace 46 años, cuando se sumó para no estar sola en la búsqueda de Alejandro, su hijo, quien fuera desaparecido en pleno gobierno constitucional, el 17 de junio de 1975. Hoy, con sus casi 94 años, esta mujer que, tal como señalan muchas Madres y Abuelas, a sus 40 “volvió a nacer y no paró más” derrocha simpatía, energía y, sobre todo, ganas de contar y contar y contar su historia de vida, la de su hijo Alejandro y la de Madres de Plaza de Mayo “porque han pasado los años, pero el objetivo es el mismo: queremos la VERDAD sobre qué les pasó y dónde están nuestros hijos. Sabemos que no podemos sostener lo que al principio, que 'con vida los queremos', pero al menos sus huesos… quiero tener vida para darles la sepultura que se merecen” narra emocionada y convencida.

   Luego de los merecidos reconocimientos y el saludo con las y los presentes, se proyectó el documental del realizador y docente Claudio Pipo Sautu, quien al no poder estar presente envió un mensaje que se proyectó en pantalla. Destacó la importancia de compartir este trabajo lo más posible, que sea visto por las y los adolescentes, que sea un legado de la lucha que, durante tantos años, Taty, su familia y Madres, han hecho para buscar a las y los 30 mil.

   La proyección de Historia de una Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, por espacio de 45 minutos, mantuvo absolutamente absortos a todas y todos los presentes. Visiblemente emocionado, el público por momentos estallaba en aplausos, y de a ratos dejaba oír sentidos suspiros. El relato en primera persona tanto de Taty, como de su hija Fabiana (presente junto a ella) y de su hijo Jorge conmovió a todos y todas. El aplauso al final fue de pie y al grito cerrado de “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”.

   “En el camino hacia la verdad, los primeros años, estuve sola. Hice de todo; me entrevisté con todos; donde me decían que podía haber un atisbo de esperanza: ahí iba. Hasta que me uní a las Madres, y me di cuenta que por ahí era la cosa. Azucena Villaflor, fundadora de Madres, dijo entonces algo que hoy cobra tanta vigencia, y por eso lo quiero traer: 'por separado no somos nada, no vamos a lograr nada, tenemos que juntarnos'. Y ese es mi mensaje hoy: pasan los años, hemos vivido logros y retrocesos; muchas de nosotras estamos muy mayores… pero que nadie se preocupe: acá hay juventud para rato. Hay una juventud militante que va más allá de los partidos. A ellas y ellos les pasamos la posta. Todavía las “locas” seguimos de pie. Y el documental que vimos va en ese camino: no hay que cansarse de contarlo todo. Porque la Memoria, la Verdad y la Justicia la vamos a sostener así, y nadie va a poder cambiarlo. Por las y los TREINTA MIL, y porque NUNCA MÁS”, sentenció Taty y la marea de aplausos hizo el resto.   

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