Una biblioteca en el solcito de los recreos

Para conmemorar este miércoles 13 de septiembre el día de las y los bibliotecarios rescatamos la historia de Gisela Tríbulo de la Escuela de Jornada Completa Nº 57 “Santa Fe” del departamento Tala. Allí, en un trabajo conjunto con el Maestro Orientador Integrador, la bibliotecaria encaró el proyecto “RecreArte” y, cuando el tiempo acompaña, sacan cada recreo la biblio a los patios, donde las y los gurises hacen propio el espacio y se sumergen en los libros.

 

   El Día de las y los Bibliotecarios fue establecido el 13 de septiembre por el Congreso de dichas y dichos trabajadores, reunidos en Santiago del Estero en el año 1942, siendo instituido a nivel nacional en 1954. La fecha se corresponde con la creación, por la Junta de Mayo, de la Biblioteca Pública de Buenos Aires (hoy Biblioteca Nacional) y de los nombramientos de Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez como los primeros bibliotecarios oficiales de la nueva era de la independencia de nuestro país. La iniciativa fue impulsada por Mariano Moreno, Secretario de Gobierno, en 1810.

 

   Para conmemorar esta fecha desde La Lucha en la Calle quisimos compartir la historia de la biblioteca de la Escuela de Jornada Completa número 57 “Santa Fe”, de la localidad de Tala. Allí la bibliotecaria Gisela Tríbulo junto al Maestro Orientador Integrador, Matías Olivera, llevan adelante el proyecto que llamaron “RecreArte”. “No es algo revolucionario ni novedoso -nos dice Gisela-, sabemos que en muchas escuelas lo hacen también, pero no por eso nos deja de parecer algo bueno, algo que suma para las y los chicos”.

 

   Así nos contarán que la idea es acercar la biblio de la escuela, que nutren con mucho esfuerzo y corazón, al recreo de las y los alumnos. Entonces, los días que el tiempo acompaña, seleccionan material y lo llevan a los patios, entonces las y los gurises salen al recreo y ven que la biblioteca salió también a su encuentro.

 

   “Lo hacemos para que el tiempo de juego, de ‘desenchufar’ también sea de la mano de un libro, para que conozcan otras posibilidades con libros que capaz en casa no están” relata Gisela, y agrega que las y los chicos lo vieron con mucho entusiasmo, y cuando hay solcito se instalan felices a leer.

 

   Quisimos compartir esta historia para mostrar tan solo una de las miles de propuestas que, a lo largo y ancho de la provincia, nuestras y nuestros bibliotecarios encaran a diario; sin que nadie se los pida, sin que sea una exigencia… solo por el amor a su trabajo y el deseo de que las y los gurises encuentren entre las paredes de la escuela, un lugar donde sentirse parte.

 

   A las y los bibliotecarios que hacen de los libros un puente para ser contención, afecto y formación, nuestro saludo un deseo de ¡feliz día!

 

#LaLuchaEnLaCalle #Agmer 

 

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