Mariela Leiva: “No habrá sociedades sanas si los territorios están enfermos”

En la primera charla de las novenas Jornadas por la Libertad de los Ríos compartió su testimonio, trabajo y experiencias la docente de Basavilbaso, Mariela Leiva. Miembro de “Paren de Fumigar las Escuelas”, la docente llevó a cabo desde AGMER una sostenida y férrea lucha que tuvo como resultado el primer fallo a favor de una escuela rural. Su experiencia nos nutre y, como su batallar no cesa, nos sigue enseñando. Compartimos sus palabras en la charla “Conocer, defender y transformar desde el aula”.

 

Fabiana Coronel, miembro de la seccional Paraná de AGMER y parte del grupo organizador de estas novenas Jornadas por la Libertad de los Ríos, presentó a Mariela Leiva, docente, activista desde AGMER y víctima (junto a sus alumnos y alumnas) de las fumigaciones en la Escuela 44 de Santa Anita, en el departamento Uruguay. Su lucha para evitar las fumigaciones, tanto en escuelas como en zonas rurales, se transformó en un antecedente histórico en materia judical sobre las responsabilidades por la manipulación de estos contaminantes, consiguiendo el primer fallo a favor de una escuela rural, fallo confirmado este año por la justicia. Mariela lleva adelante sin pausa una militancia activa de concientización contra el uso de agrotóxicos.

 

“Hoy estoy abocada a lo que es la lucha de AGMER por las escuelas fumigadas, por eso compartir estas jornadas, para mí, es un espacio muy valioso, un espacio que está en construcción, nutriéndose del aporte de cada uno para un objetivo que nos excede si lo pensamos individualmente” señaló Mariela agregando agradecimientos por la invitación a ser parte de la Jornada.

 

“La defensa de los bienes comunes viene siendo una problemática abordada por nuestro gremio, en tal sentido, una de las situaciones ambientales que nos marca son las escuelas fumigadas. Hoy en día debo decir que los controles siguen siendo inexistentes. Si sumamos a eso el contexto de pandemia que atravesamos, con las y los docentes sin estar en las escuelas, todo se acentúa más”, se lamentó Leiva, y puso por ejemplo el caso de “un legislador de nuestra provincia, que tiene campos en la zona de la escuela de Santa Anita. Días atrás hizo una pulverización violando el Decreto 2.239, como si nada”. “No sé si recuerdan ustedes el amparo ambiental que presentamos desde AGMER con el foro ecologista que fue y vino, fue y vino, mientras peleábamos por las distancias. Seguimos sosteniendo que las distancias no existen: la contaminación por deriva igual llega, según el estado del tiempo, la humedad, el viento, y lo peor: llega por el alimento que consumimos a diario. Y el gobierno nos sigue dando la espalda”.

 

Del mismo modo, señaló la docente, ocurrió con el protocolo de actuación presentado ante el Consejo General de Educación, para actuar ante un caso de fumigación en zonas aledañas a una escuela rural. “Quisimos que fuera resolución y no se pudo lograr”, lamenta Leiva.

 

Este protocolo le da las herramientas legales a un docente para que pueda realizar una denuncia ante un hecho de fumigación. Y en esto me hago eco de las palabras de Susana, que me precedió: no somos denunciadores seriales, lo hacemos porque bregamos por la salud de nuestros alumnos y alumnas, de nosotros como docentes y de toda nuestra comunidad que está alrededor de las escuelas, padeciendo las consecuencias de estas acciones que nos enferman”, enfatizó.

 

“En este sentido, cuando cuesta que avancemos o se nos cruzan tantas trabas, mi reflexión es la de siempre: ¿será que los intereses económicos pesan más que la salud de todos nuestros compañeros y de nuestros gurises y gurisas entrerrianas?. Y también señalo en esto un ayuda-memoria para nuestro gobierno, por si no se acuerda que, como patrón, nos debe garantizar salud en nuestro ambiente de trabajo. Y, una cosa más —añade en un tono de “para nada menor”— también en esto se están vulnerando los derechos de nuestros niños y niñas de vivir en un ambiente sano”.

 

“Otra de las situaciones que nos preocupan hoy es la degradación de los humedales. Los efectos nocivos en salud y la pérdida de la biodiversidad en la zona de nuestro Delta, afectado por la bajante del río Paraná, que deja expuesto muchísimo material orgánico que favorece la quema y la propagación de los incendios, los cuales han arrasado más de cincuenta mil hectáreas. Incendios que han sido intencionales, lo sabemos. Todos los problemas que podemos mencionar en una larga lista no son ni más ni menos que la consecuencia del lucro económico. Entonces… ¿qué hacemos? ¿cómo seguimos? Yo siempre digo que la lucha es colectiva, es levantando nuestra voz. Porque nuestro reclamo es cierto, es verdadero y es por las generaciones futuras”.

 

Mariela Leiva se va cuestionando a lo largo de su desarrollo. Las preguntas ¿qué hacer? ¿cómo hacemos? van surgiendo a lo largo de su relato, porque ella misma se las cuestiona todo el tiempo. Así, dirá que la salida es el conocimiento, un conocimiento que es poder para actuar y cambiar las cosas. “Como dice Berta Cáceres: ‘vos tenés la bala, yo tengo la palabra, la bala muere al detonarse, la palabra vive al replicarse’ entonces, ¿qué acciones?... bueno, en eso estamos” se responde y nos responde Mariela. “Tenemos en Entre Ríos una Ley de Educación Ambiental, pero no tenemos una ley a nivel nacional; por eso estamos bregando también”.

 

Señalará la docente que “debemos incorporar el término resiliencia de nuestra Pachamama. Y ejercer el derecho humano a una alimentación adecuada. Debería ser el primero de los derechos a atender, producir alimentos libres de contaminantes. Pero con solo esto no es suficiente, deberíamos ver qué tipo de alimentos se producen, cómo se producen y de qué manera se distribuyen”.

 

No hay sociedades sanas si los territorios están enfermos. Tenemos que recuperar la visión integral de la salud. La verdadera prueba de la emergencia sanitaria son los pueblos afectados por estos modelos que tienen como objetivo fundamental las ganancias económicas. Y en ese sentido debemos llamar a la reflexión a quienes tienen en sus manos las responsabilidades políticas, las decisiones, que definen en nuestra salud y en nuestras vidas. La existencia humana está íntimamente ligada a la salud, ya sea del aire, de los suelos, del agua y de la vida vegetal y animal, y si no garantizamos nosotros una real comunión entre todos estos elementos es improbable que podamos garantizar la salud de los seres humanos”, señaló Leiva.

 

“Cuando hablamos de Educación ambiental debemos entenderla como proceso continuo que promueve la sostenibilidad como proyecto social, entendiendo que implica un desarrollo con justicia social, distribución de la riqueza, preservación y conservación de la naturaleza, igualdad de género, protección de la salud, democracia participativa, y respeto por la diversidad cultural. La Educación Ambiental busca el equilibrio entre diversas dimensiones como la social, la ecológica, la política y la económica en el marco de una ética que promueve una nueva forma de habitar nuestra casa común”.

 

“Recuerdo que hace un par de meses, el ex presidente Macri vino a Gualeguaychú, cuando nosotros estábamos luchando por el amparo ambiental. Nos decían que no existían las pruebas científicas que avalaban todo lo que decíamos, nos trataban de fundamentalistas. Luego en el amparo quedó probado el daño genético (a partir de un estudio hecho en terreno por AGMER y Paren de Fumigar las Escuelas), quedó probado que hace más de diez años que la provincia no cumple con la Ley de Plaguicidas. Imagínense que esa normativa nombra a las escuelas como unidad centinela: pone a los docentes como garantes de su propia intoxicación y la de su comunidad educativa, además de imponerle responsabilidades que son propias del gobierno, que debe garantizar salubridad en el lugar de trabajo”.

 

“Por eso voy a seguir repitiendo hasta el cansancio, voy a levantar mi voz para que escuchen todos y sobre todo los que tengan el poder de legislar: vamos a seguir luchando por alimentación adecuada, salud universal, obviamente por la educación, por una justicia social para todos, que es el único camino para garantizar una vida en plenitud y que esa vida valga la pena de ser vivida”, dijo la docente profundamente convencida.

 

No hubo preguntas para Mariela, pero si muchos saludos y felicitaciones por su lucha y por su presencia en distintas actividades que se llevaron a cabo desde el gremio en las que ella compartió su experiencia.

 

“Tenemos en las aulas a nuestros gurises y gurisas, es allí donde está la manera para trabajar, contagiar y sembrar en sus cabecitas una nueva mirada. Que la lucha nos empodere, que nunca dejemos de capacitarnos, que nunca dejemos de pelear para que paren de fumigar nuestras escuelas, desde el gremio, desde CTA y desde CTERA”, dijo Mariela Leiva para despedirse.


Facebook de contacto: Paren de Fumigar las Escuelas

 

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